¿Que es el trastorno de personalidad por dependencia?

El trastorno de personalidad por dependencia está caracterizado por la necesidad patológica de mantener relaciones personales cercanas que brinden protección y cuidado a quien lo sufre. A la práctica, esto se traduce en adoptar hábitos y actitudes relacionadas con la sumisión y la dependencia extrema.

Las personas afectadas por el trastorno de personalidad por dependencia se rigen por una pauta generalizada de dependencia hacia los demás, específicamente hacia las personas que las personas con este trastorno consideran “fuertes, acompañado de una visión de sí mismo como débiles, desvalidos y necesitados de ayuda. La demanda de ayuda y de protección la realizan de una forma pasiva, siendo los demás los que guían y se responsabilizan de sus vidas.

El objetivo principal es la atención y la aprobación de los otros y esto último sirve de termómetro para evaluar su propia autoestima. Típicamente buscan el apoyo de una persona cercana (madre, marido…) del que “necesitará” toda su colaboración.

“Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás” – Nelson Mandela

Para ponernos en situación, os pongo un resumen de sus características más comunes:

  • Dificultad para tomar decisiones sin consejos y apoyo de los demás
  • Necesitar a otros para asumir la responsabilidad en la mayoría de áreas de la vida
  • Dificultad en expresar desacuerdo con otras personas por miedo a la pérdida de aprobación
  • Dificultad en iniciar proyectos o hacer cosas por sí mismo
  • Ir demasiado lejos para obtener el apoyo de los demás, hasta el punto de hacer cosas que son displacenteras, e incluso recurrir a la manipulación para recibir atención.
  • Sentirse incómodo en la soledad por miedo exagerado a ser incapaz de cuidar de sí mismo
  • Hipersensibilidad a la crítica
  • Pesimismo y falta de autoestima
  • Creencia de que no pueden cuidar de sí mismos
  • Poner las necesidades de los demás por encima de las propias

¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO/CAUSAS DE ESTE TRASTORNO?

Las hipótesis de origen de este trastorno no están demasiado claras, pero podemos hacer un acercamiento.

El origen comienza en las experiencias y aprendizajes tempranos durante la infancia, en la historia de los pacientes se ha encontrado habitualmente situaciones en donde el niño/a era sobreprotegido por los padres (madres muy preocupadas o ansiosas) de una forma excesiva. Esto implicaba que los sujetos no se exponían a situaciones conflictivas y no desarrollaban habilidades para enfrentarse con ellas. Por lo tanto, un factor de riesgo sería evitación de conflictos en la infancia y falta de habilidades de afrontamiento ante ellos.

Aquí también entran en juego los padres asustadizos y preocupados constantemente tanto a nivel cognitivo como conductual. Padres que refuerzan la dependencia y castigan la autonomía y padres muy directivos con los hijos.

En otros casos, la persona no era objetivamente habilidoso para enfrentarse con algún problema o por lo menos el contexto se había encargado de reseñar su falta de capacidad o de habilidades, esto se refiere a la falta de habilidades para la resolución de problemas.

Además, es posible, que las personas significativas para el niño/a tuvieran la expectativa negativa de que éste no iba a ser capaz de enfrentarse adecuadamente con los problemas, y esto tendría consecuencias tanto a nivel conductual como en la formación del autoconcepto del niño/a. En consecuencia, siempre había otra persona “de autoridad” que asumía las responsabilidades y solucionaba sus problemas, por tanto, las habilidades para la resolución de problemas no se desarrollaban.

Otra posible causa puede ser que la persona en la infancia observase a un modelo cercano (padre, madre) tener un patrón de personalidad dependiente, los niños/as constantemente buscan imitar lo que los padres o figuras de apoyo hacen. Por ello, cuando en una casa alguno de los padres presenta rasgos dependientes, puede traspasárselos. El niño/a aprende que eso es lo “normal” y por tanto lo tiende a repetir en el futuro.

Con respecto al contexto se baraja la posibilidad de que, si la persona tiene hermanos, esté sea muy competente. Y por último existencia de situaciones en las que han puesto en duda su valía como persona (a nivel social, escolar…).

Estas situaciones crean en la persona con trastorno de la personalidad por dependencia una serie de creencias básicas (irracionales) de los esquemas que han aprendido durante la infancia:

1. “Soy alguien necesitado y débil”.
2. “Necesito que alguien esté siempre a mi alcance para ayudarme en lo que tengo que hacer; de lo contrario sucederá algo malo”.
3. “La persona que me ayuda puede ser segura, darme lo que necesito y apoyarme, si quiere hacerlo”.
4. “Si me dejan solo, no puedo valerme por mí mismo”.
5. “Estoy básicamente solo, a menos que pueda aferrarme a una persona más fuerte”.
6. “Ser abandonado es lo peor que me puede pasar”.
7. “Si no me aman seré siempre infeliz”.
8. “No debo hacer nada que ofenda a quién me apoya o me ayuda”.
9. “Debo ser sumiso para conservar su benevolencia”.
10. “Debo tener acceso a esa persona en todo momento”.
11. ” Debo cultivar la relación más íntima posible”.
12. ” No puedo tomar decisiones por mí mismo”.
13. ” No sé desenvolverme bien como otras personas”.
14. ” Necesito que otros me ayuden para tomar decisiones o me digan qué tengo que hacer”

Estos factores y las creencias citadas pueden llegar a dar como resultado las conductas de dependencia y/o sumisión presentes en el trastorno de personalidad dependiente ya citadas arriba (características).

 

 

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