“Cuando estaba consiguiendo vencer a la agorafobia el miedo a las recaídas siempre estaba presente. ¿Y si lo perdía todo en un minuto?. Era una sensación muy desagradable y muy real. La certeza de que todo lo conseguido podía desvanecerse siempre daba vueltas por mi cabeza”.

Uno de los grandes mitos a los que se tienen que enfrentar nuestros pacientes es al monstruo de la recaída. Tras este miedo vuelve a surgir la idea de que no somos dueños de nuestro proceso, y que por caprichos del destino podemos perder todo el avance que hemos acumulado.

En 1929 se produjo la más devastadora caída del mercado de valores estadounidense. De la noche a la mañana, después de casi diez años de prosperidad, miles de familias lo perdieron todo y no encontraron ningún asidero al que agarrarse. John Steinbeck en su novela mítica “las uvas de la ira” relata la odisea del viaje de una de estas familias que se vieron abocadas a huir de la miseria, condenadas a sentir el vértigo del que ha perdido el suelo bajo sus pies.

A veces vivimos nuestro proceso de manera similar a la del mercado de valores. Como si en cualquier momento pudiese perder todo mi avance, y la película no fuese realmente conmigo. A continuación presentamos una serie de puntos a tener en cuenta:

1. Tropezar no es recaer. Nada nos exime de volver a sentir ansiedad o tener una crisis de pánico , sin embargo es la actitud ante la ansiedad la que puede hacerme recaer. Tropezar puede hacerlo cualquiera, victimizarse, decir que nada puedes hacer, encerrarse y enfadarte contigo mismo o con el mundo, dañarse, pensar en “otra vez igual”, eso… no es algo inevitable.

2. Cuando estemos en una época en la que aumenta la ansiedad no significa que no hayamos aprendido nada, sino que aún nos quedan cosas por aprender. A veces se cruza un río por un puente, a veces hay que saber nadar, o mantener el equilibrio entre las piedras.

3. Por lo general la aparición de nuevas crisis se relaciona con cambios, vuelta a antiguas maneras de gestionar las relaciones, encontrarnos con situaciones familiares… aprender a saber cuando está cambiando el tiempo es útil para que la lluvia no nos coja sin refugio.

4. Cuando uno avanza en el proceso se da cuenta que la ansiedad no es un enemigo sino un mensaje. Párate y reflexiona sobre qué presiones me he venido generando, qué pensamientos negativos estoy creando, en qué he descuidado mi cuerpo, qué cosas estoy evitando que necesito enfrentar,qué emociones me estoy guardando…

5. Analiza si hay causas físicas detrás, como cambios de medicación, anemias, hipoglucemias, alergias, agotamiento físico, cambios hormonales…

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