Todos sabemos en mayor o menor medida qué es la depresión pero, ¿sabías que existen diferentes tipos? Ya hemos hablado en otros artículos de uno de ellos, la distimia, así que hoy es el turno de la depresión mayor.

La depresión mayor es un problema de bajo estado de ánimo que, a diferencia de otros tipos, perdura entre dos semanas y dos años de duración, con un conjunto de al menos 5 síntomas que interfieren significativamente en el día a día (de entre los cuales uno debe ser estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o placer), entre los que podrían encontrarse:

  • Episodios de bajo estado de ánimo (tristeza, apatía, desánimo..) que duran la mayor parte del día durante al menos dos semanas y hasta dos años de duración.
  • Pérdida de interés y disfrute por las cosas con las que en el pasado solía disfrutar.
  • Ideación o tentativa suicida.
  • Falta de energía o sensación de fatiga la mayor parte del tiempo: sentirse cansado/a aun habiendo realizado muy pocas actividades (lo cual trae consigo inactividad total o parcial).
  • Pensamientos negativos sobre uno mismo (inutilidad o culpabilidad).
  • Estar excesivamente agitado o, por el contrario, excesiva lentitud a la hora de realizar cualquier actividad.
  • Insomnio o problemas de sueño o, por el contrario, pasar la mayor parte del tiempo durmiendo.
  • Dificultades de concentración y de toma de decisiones.
  • Disminución significativa del peso (sin hacer dieta) o, por el contrario, sentir la necesidad de estar comiendo a todas horas.

Ahora bien, una vez identificado el problema, ¿cómo podemos conseguir solucionarlo? Existen una serie de puntos clave de ayuda que tenemos que tener siempre presentes y que nos van a ayudar a salir de esta situación y evitar que este problema se cronifique en el tiempo hasta considerarse una distimia. No olvides que:

1. Tiendo a ver la vida de forma negativa, pero eso no significa siempre que la realidad sea así. Cuando estoy bajo un estado de ánimo bajo, suelo ver todo de forma negativa y magnifico todo lo negativo. Los pensamientos negativos inundan nuestro día a día, son como una especie de “gafas oscuras” con las que interpretamos de forma distorsionada el mundo. Cada vez que aparezcan este tipo de pensamientos, no los creas directamente, cuestiónalos, reflexiona si lo que te estás diciendo a ti mismo/a es adecuado o no (¿Realmente absolutamente nada tiene sentido? ¿O quizá estoy centrándome sólo en lo negativo y minimizo otras cosas? ¿No hay pequeñas cosas que merecen la pena -por muy pocas o pequeñas que creas que sean-? Y en todo caso, ¿no puedo cambiarlo y mejorarlo? En último término, ¿me ayuda en algo pensar así?) y modifica ese pensamiento por otro más realista y ajustado a la realidad.

2. Cuanto menos hago, más me cuesta hacer cualquier (mínima) actividad. La inactividad es, además de los pensamientos negativos, otro de los principales factores de mantenimiento del problema a medio y largo plazo. Si dejo de hacer las cosas porque no tengo ganas de hacerlas, cada vez haré menos y requeriré mayor esfuerzo (e incluso sobreesfuerzo) para realizar incluso actividades básicas cotidianas como el propio aseo personal o levantarme de la cama. Al revés: no necesito estar bien para hacer las cosas, al hacer las cosas (aun sin estar aún del todo bien) estaré bien. Pruébalo.

3. Es un problema psicológico aprendido. ¡Y esta es la buena noticia! Como se ha aprendido, se puede igualmente “desaprender”. Muchas veces pensamos que es algo totalmente heredado, que viene impuesto y que no puedo hacer nada por cambiarlo. Nada más lejos de la realidad. Por una serie de circunstancias he llegado a esta situación, pero eso no significa que no pueda cambiar y salir de esto; todo lo contrario. Nunca olvides estas tres ideas clave: entender qué ocurre y, sobre todo, saber por qué me ocurre lo que me ocurre es esencial para superar el problema. Si aprendo estrategias eficaces de afrontamiento del problema (como retomar las actividades agradables con las que disfrutaba antes o cambiar mi forma de pensar ante ciertas situaciones, por ejemplo), conseguiré aumentar mi estado de ánimo y salir de esta situación. Hay salida. En Amadag podemos ayudarte.

 

¡NUESTRO NUEVO LIBRO YA A LA VENTA!