<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/T4khFewR1e8" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen></iframe>

Llevo quince años tratando a personas que padecen ataques de pánico y agorafobia. También he padecido el trastorno durante unos cuantos años, así que pueden hacerse una idea de que he tenido tiempo para meditar y observar acerca de la naturaleza del pánico. A menudo los pacientes me han pedido alguna lista de consejos que pudiese darles cuando se encuentran en esa situación. Yo siempre les digo que no existe un mapa del tesoro porque yo a mi hija no la puedo enseñar a montar en bicicleta diciéndole como se hace, es ella la que tiene que experimentarlo. Aún así me han pedido tantas veces consejos ante los ataques de panico, que he decidido recopilar algunas reflexiones que nos puedan ayudar en esos momentos.

• Ten en cuenta que ninguna sensación puede durar siempre. La alegría por mucho que nos guste no es eterna, ni la tristeza, el miedo tampoco. Somos seres limitados incluso para prolongar un estado emocional negativo. Tarde o temprano pasará, aunque no quieras.

• La hiperventilación es un factor muy importante que no podemos pasar por alto. Uno de los factores que alimentan sus síntomas es el dencenso de CO2 producido por un consumo masivo de oxígeno. La técnica de respiración diafragmática puede ser clave para manejar la ansiedad adecuadamente.

El verdadero miedo es lo que siempre está por venir, no lo que esta sucediendo ahora. Se tiene más miedo a lo que va a pasar que a lo que esta pasando realmente en ese preciso instante.

• Lo que experimentamos como terribles no son las sensaciones, sino nuestra propia interpretación de las mismas. Por supuesto que esas sensaciones son tolerables, lo intolerable es lo que te imaginas. No alimentes al pánico.

Ríndete, deja de intentar controlar tu miedo, que es lo que hace que tu pánico se prolongue. La mejor manera de evitar que un tigre le devore es cabalgar sobre el. Deja de luchar contra las sensaciones.

• Tu progreso no puede ser lineal y ascendente, ya que es necesario que se produzcan tropiezos con los que puedas aumentar tu conocimiento del pánico. Es una oportunidad para seguir aprendiendo, porque si lo piensas bien, no hay otra cosa mejor que hacer que trabajar sobre aquello que limita su vida. No hay nada tan urgentemente vital como enfrentarte a tus demonios y amar a los que te rodean.

• Lo peor que puede ocurrirte durante un ataque de pánico es… Pánico. ¿Estas dispuesto a lidiar con el? No existe el ataque de pánico definitivo, no existen ataques de pánico más grandes o más pequeños, existen miedos que alimentamos más o menos.

• Ya has pasado por esta situación otras veces, no es insoportable ni inaguantable. Siempre lo has soportado, eso no significa que no lo pases mal, pero a estas alturas ya sabes que no has venido a este mundo a estar tranquilo, sino a vivir.

No es verdad que no puedas, puedes y además te da miedo pasar por ello. Estas eligiendo estar en esa situación o no, responsabilizate de la situación. No eres una víctima.

No intentes que el pánico se calle, eres tu el que tienes que hablar más fuerte.

• Que algo te de miedo no significa que no lo desees. Si estas ahí es por alguna razón que puede ser más importante que el de no pasarlo mal. Alimenta tu deseo.

 

¡NUESTRO NUEVO LIBRO YA A LA VENTA!