Como ayudar a una persona con fobias

Aunque las personas con fobias busquen ayuda en profesionales de la salud para conocer y aprender a gestionar sus sensaciones y atemores, hemos de tener en cuenta que durante el proceso se verá influido por las personas de su confianza y entorno. Si eres acompañante, familiar o amigo/a, de una persona con fobia, a menudo te encontrarás con situaciones que no sepas cómo enfocar pese a tus buenas intenciones. Aquí te dejamos algunas claves que te pueden ayudar.

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Si quieres saber como ayudar a una persona con fobias, lo primero es entender lo que le está sucediendo.

Evitar hablar del tema no beneficia a nadie, de hecho el entendimiento y la comprensión son muy importantes. Intercambia opiniones (que no críticas) y escucha activa y abiertamente todo lo que te quiera decir la otra persona, solicítale información acerca de lo que le pasa, cómo se siente y qué es lo que suele hacer al respecto. Con toda esa información podréis buscar entre los dos cuáles son las mejores formas de afrontar el estímulo o situación que le hace sentirse inseguro.

Ten en cuenta que a tu compañera o compañero le es muy complicado enfrentar la situación que teme (hablamos de sentir un miedo muy intenso), así que tenderá a querer evitarlo. Hacer que se sienta tranquilo, suplantarle en determinadas tareas o que no se exponga a lo que le produce ansiedad no le va a beneficiar en absoluto. Que soliciten nuestra compañía para ir a determinados sitios o hacer ciertas cosas puede llegar a resultarnos agradable, pero a la larga genera un patrón de dependencia que no beneficiará a ninguno y perpetuará el problema. Con el tiempo puede que sintamos nuestro tiempo y tareas condicionadas por las necesidades del otro, llegando incluso a supeditarlas. A la par, la persona con fobia irá aprendiendo que para enfrentarse a determinadas cuestiones necesitará de los demás, lo que reducirá su sensación de capacidad y reforzará sus miedos.

El miedo no desaparece por sí solo, sino que la persona que lo siente tendrá que hacer un esfuerzo para concienciarse y tomar un papel activo (no esperar pasivamente o delegar en otros) para gestionarlo; hay que buscarlo en la medida en la que la persona se lo permita en vez de huirlo, y así conocer hasta qué punto es tan amenazante y peligroso como uno podía llegar a imaginar. Sólo con la práctica podrá aprender a atravesarlo. Así que no se tratará de salvarle sino de acompañarle en su propia enseñanza.

Por otro lado, estas personas a menudo se sienten culpables y/o avergonzados por experimentar esos miedos que generalmente les condicionan en su manera de vivir el día a día, así que no le restes importancia; decirles “tranquilo”, “si esto no es nada”, “es una tontería” o “no te preocupes” son frases que decimos para intentar calmarlos y verlos mejor, pero para ellos es una cuestión importante y que sienten que no pueden controlar, así que pueden llegar a sentirse incomprendidos o que no cuentan con tu apoyo.

Quien padece ansiedad reconoce, normalmente, la irracionalidad de sus temores pero no sabe cómo manejarlos. Ellos de por sí ya se exigen no tener esos miedos y sentirse tranquilos, pero no es una estrategia que suela funcionar, no te sumes a ello y le pidas que se calme. En vez de eso, es preferible que intentes empatizar con él o ella y preguntarle cómo puedes ayudar o hacerle ver que estás ahí para ayudarle en lo que necesite.

Saber cómo ayudar a una persona con fobias haciendo equipo

Hay que encontrar la manera para que nuestro familiar o amigo se enfrente a su miedo en vez de evitarlo. Esto requiere mucho esfuerzo por su parte, así que, como ayudar a una persona con fobias:

  • No esperes que él o ella te lo proponga, si no lo hace plantéaselo tú. Ten en cuenta que todos los seres humanos cuando sentimos miedo, como reacción natural, buscamos el refugio o la sensación de seguridad, por lo que a ellos a veces les resultará muy difícil dar el paso de dirigirse hacia lo que les da pánico.

 

  • En esa búsqueda de afrontamiento, es importante que la persona con fobia gradúe diferentes fases de acercamiento. En este planning puedes ayudar si lo desea, empezando por escenas que le den menos miedo y, a medida que vaya practicándolas, aproximarse a objetivos más complejos. No es recomendable que comience a probar, con o sin tu ayuda, situaciones que le resulten muy fáciles o demasiado difíciles, digamos que mejor empezar por objetivos medios-bajos.

 

  • Quizá en las primeras exposiciones necesite de tu presencia, ¿sentirse acompañado en momentos difíciles puede sernos reconfortante no?. En la medida de lo posible es preferible que practique solo/a, pero dado el caso, comienza acompañándole cercanamente y según vayáis repitiendo las exposiciones y se vaya sintiendo más seguro consigo, ampliad las distancias. Hasta que finalmente consiga exponerse solo o sola.

 

  • Cumple exactamente con lo que habíais acordado que harías a la hora de practicar las exposiciones. El más mínimo cambio no informado puede hacer que la persona se sienta insegura y tu figura pierda sentido de apoyo.

 

  • Respeta en todo momento sus decisiones. Pese a que tengas claro que tus propuestas pueden ayudarle, debe ser la persona con fobia la que tenga la última palabra a la hora de decidir qué es lo que quiere hacer y cómo. De esta manera le ayudarás indirectamente a responsabilizarse de su propio proceso y avances.

 

  • Interésate por las ocasiones en las que ha probado experimentar y celebra sus esfuerzos. Cuanto más satisfecho/a esté por haber practicado y más reconocido se sienta por ello más probable será de que lo repita más a menudo, algo que resultará muy beneficioso en su proceso. Reforzará la sensación de que el esfuerzo merece la pena.

 

  • No pierdas la paciencia. Aprender a hacer frente a las sensaciones que resultan tan desagradables no es un trabajo fácil para nadie, así que si ves que el proceso es lento o variable no desesperes y prestes más atención a los intentos fallidos. Ante éstos, es mejor que le animes a que lo intente de nuevo y te centres en sus logros cuando los consiga. Elogia su predisposición de seguir adelante a pesar de sentirse tenso.

Para saber Como ayudar a una persona con fobias aprende qué hacer con el pánico

Durante las exposiciones la persona puede sentir pánico en determinados momentos, algunos puntos a saber sobre como ayudar a una persona con fobias:

  • Procura mantener la calma y no te impacientes o dejes contagiar por verle angustiado, eso sólo generará más alarma. Cuenta de antemano con que pueda llegar a sentir ansiedad, es normal dentro del proceso.

 

  • No hace falta que le preguntes constantemente cómo se siente. Hablar extensamente de las sensaciones de pánico puede aumentarlas.

 

  • No abandonéis la escena de golpe. Retroceded un poco o haz algo que ayude a tu compañero/a a permanecer en la situación o cerca de ella hasta que la ansiedad haya disminuido notablemente.

 

  • Si no quiso permanecer en la situación y la abandonó, es importante que vuelva a repetir la misma exposición lo antes posible. Anímale a ello sin imposiciones, recuerda que esa persona ha de tener la última palabra sobre sí mismo y su práctica. Si lo repite podrá descubrir que cada intento es una nueva oportunidad, y que no tiene porqué darse de la misma manera como si de una profecía se tratase.

En el acompañamiento tu actitud será lo más importante

Si entrenas una actitud de entendimiento y empatía, en la que no dé temor el hablar de los miedos o escucharlos, sin trivializaciones ni descalificaciones, la persona se sentirá más relajada y libre de juicio para verbalizar sus preocupaciones y descargar la tensión que va acumulando. No busques culpables, busca entenderle.

Una actitud que muestre disposición hacia la colaboración y la ayuda (ojo, sin querer resolverle la vida a nadie). No la sobreprotejas, y piensa que tu responsabilidad en su problemática ha de tener límites; la persona tiene que aprender a responsabilizarse de sí misma y de su proceso, tomar las riendas de su propio miedo. Acompañarle estrechamente no es lo mismo que solucionarle los problemas.

No creas en fórmulas sencillas o mágicas, y sí en disposiciones como aportar una visión más realista y objetiva de las situaciones frente a la sobrevalorización que la persona dé a las amenazas y la infravaloración de sus propios recursos, el celebrar con él o ella todos y cada uno de los avances por muy pequeños que te puedan parecer, animarle a continuar, respetar sus tiempos… Todo ello son claves importantes que aumentarán su sensación de capacidad.

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